Hay mucho para recorrer. Estuvimos en el mercado de las brujas, donde se consiguen todo tipo de artesanias y productos regionales, si lo que ud. busca no está aquí no existe.
años y lugares.
la cordial charla que mantuvimos con nuestros hermanos latinoamericanos, en la misma se tocaron temas como: Evo Morales, Futbol: Bolivia vs. Argentina, fue la altura?, el buen uso del castellano (ninguno de los 4 era un buen exponente), La presidenta Argentina, Caballo (Domingo Felipe) y como nos cagó, La corrupción en Argentina, La manera de terminar con la corrupción en Bolivia.
Dentro de la mina conocimos un grupo de trabajadores que aparte de dejarnos ver como trabajan nos dejaron probar cómo se hace. El trabajo voluntario de llevar la carretilla, que normalmente lo hace un solo obrero, lo hicimos tres argentinos, los cien metros fueron casí imposibles y así surgió el aliento de nuestros compañeros (de Italia, Polonia e Israel) con el típico "vamo vamo argentina!!" que por lo visto es conocido mundialmente. Al terminar la excursión volvimos cantando todos juntos.
Dió la casualidad que al comenzar el viaje empecé a leer una deuda pendiente: Las venas abiertas de América Latina (E. Galeano), nada mejor que llegar a Potosí leyendo este libro.
No es un paseo turístico agradable, pero es recomendable; actualmente el 80% de la gente en Potosí vive de la mina, casi no hubo avances tecnológicos que diferencien el trabajo de los mineros de antes con los actuales, las condiciones en las que trabajan son increibles para gente como nosotros los turistas.
El casco histórico de la que supo ser Villa Imperial está siendo restaurado y en algunos casos está abandonado y casi cayendose. Esta ciudad es lo que imaginaba de una ciudad boliviana veredas angostas, calles de adoquin, cero arboles y muchisima gente.
En un almacen de barrio en las alturas de Potosí (bien, bien alto)
El viaje Tupiza-Potosí es en su mayoria por rutas de tierra, que se complican aún más cuando llueve, por suerte nos tocó de viajar de noche y estabamos muertos asi que ni nos enteramos
Andres que nos acompañaba espiritualmente nos recomendó, en caso que el viaje a Potosí sea muy feo, quedarnos a descansar en un pintoresco pueblito llamado Cotagaita.
que el servicio de trenes es muy bueno, lastima que despues de esperar 18hs. a que llegue el tren "Wara wara del sur" decidimos quedarnos sin comprobarlo y huimos en colectivo hacia Potosí.
Tupiza es la primer ciudad donde paramos, es un lugar pequeño y pintoresco se lo puede recorrer a pie en un solo dia.
Aqui compramos los pasajes de tren para ir hasta Oruro. Hay que levantarse temprano y hacer fila en la estación. Dicen que el servicio de trenes de Bolivia es muy bueno (dicen).
Despues de esperar algunas horas en la lluvia y el frio abrieron la oficina de aduana de bolivia asi los desconcertados extrangeros, los pasivos locales y los histéricos argentinos pudimos acceder a la ciudad de Villazón.
27 de febrero
